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Información sobre
Literatura Griega
Profesoras: Fernanda Delgado y Gabriela Paolillo
Períodos de la Literatura Griega:
Época Pre- Homérica: (Abarca desde el Siglo XX a. C., hasta el S. IX a. C.)
Este
período corresponde a la cultura creto- micénica, que es destruida por
los aqueos en el S. XIV a. C. Estas incursiones guerreras dan paso a la
llamada Edad Heroica, que más adelante proveerá de temas a los poemas
homéricos. Surgen las primeras manifestaciones literarias: cantos
líricos de bodas, de victoria, fúnebres y épicos, todos ellos de
carácter oral.
Época Homérica: ( S. IX a.C. hasta S. VI a.C.)
En esta época alcanza su esplendor la épica y la lírica.
Dentro
de las obras épicas o narrativas ubicamos las obras de Homero: La
Ilíada y la Odisea. Son narraciones de las hazañas de un héroe, que
tienen un carácter colectivo y definen la historia de un pueblo creando
un sentimiento nacional o de pertenencia. Reflejan la Edad Heroica
antes mencionada, en donde abundan elementos maravillosos.
Se desarrolla también la lírica en donde la temática principal es la
expresión de sentimientos individuales. Como ejemplo de este género se
destacan los autores Safo, Alceo y Anacreonte. Otros géneros literarios
que se desarrollan son la poesía didáctica, cuyo principal
representante es Hesíodo, y hacia el final del período surge la prosa y
la filosofía.
Época Clásica: ( S. V y IV a.C.)
Durante esta época se concentra el poder político en Atenas gracias al
triunfo en las guerras médicas y del Peloponeso. Se instaura la
democracia ateniense como forma de organización en la que los
ciudadanos son partícipes de la organización política de la ciudad. En
este contexto surge el género dramático que se manifiesta de tres
formas distintas: tragedia, comedia y drama satírico.
Nacida
en el siglo anterior, la tragedia se organiza con Esquilo, y alcanza su
perfección con Sófocles y Eurípides; mientras que la comedia se
organiza en el siglo V y sus principales autores son Aristófanes Y
Eupolis.
Se
perfecciona la prosa a través de Herodoto y Tucídides, la elocuencia
adquiere gran importancia de la mano de los sofistas, y es a través de
Sócrates y posteriormente Platón, que la filosofía adquiere gran
importancia convirtiéndose en ciencia luego con Aristóteles.
Época alejandrina: (S. III y II a.C)
Las conquistas de Alejandro terminan con el predominio político de Atenas y por consiguiente con su supremacía literaria.
Se
fundan los reinos helénicos en torno a la ciudad de Alejandría, centro
de la civilización griega. Desde el punto de vista literario es
importante destacar la fundación de las bibliotecas, porque allí se
reúnen las grandes obras, y esto favorece la organización y
conservación de las mismas.
En
contrapartida el Imperio Romano comienza a expandirse, y en el año 146
a.C. Grecia se convierte en una provincia romana, deteriorándose
paulatinamente el genio griego.
Época greco-romana: ( S.I A.C –VI D.C)
A
partir de mediados del siglo I comienza este período en el que Roma
domina el mundo entero durante más de cinco siglos. El siglo de Augusto
es para los griegos un siglo de historia y de crítica, la poesía tiene
solamente una existencia artificial en el epigrama o los panegíricos
por encargo. La historia desaparece como arte y como ciencia dando paso
a la elocuencia sofística que brilla durante todo el siglo III y hasta
fines del IV. La filosofía es lo más notable de la época. En este
período se desarrolla la imitación del pasado sobre el presente, los
romanos toman elementos de la cultura griega y los reproducen, desde
las deidades hasta las mismas formas literarias.
En
este último período aparecen los escritores y oradores cristianos como
luego los apologistas del siglo II hasta los grandes predicadores del
siglo IV.
Los géneros literarios
Épica
o narrativa: es una obra que canta o narra hechos de carácter
colectivo, externos al autor. Dentro de la épica hay tres sub-géneros:
epopeya, cantar de gesta, romance.
En
Grecia se desarrolla la epopeya, que se define como: extensa
composición poética cuyo tema es una acción grande, heroica, nacional o
religiosa, llevada a acabo no por un individuo en particular sino por
un grupo humano; capaz de fijar el destino de un pueblo en un
determinado momento histórico.
Lírica:
dentro de este género ubicamos aquellas composiciones que tienen como
finalidad la expresión de sentimientos. Podemos destacar a Safo poetiza
de Lesbos quien le cantaba al amor sensual.
Drama:
son obras escritas con el objetivo de la representación, se encarga de
reproducir a través del diálogo el conflicto que viven los personajes.
Dentro de este género ubicamos a la tragedia y la comedia. En la
tragedia los protagonistas pertenecen a las altas clases sociales y sus
argumentos se desprenden de los mitos heroicos, el desenlace es fatal
para el héroe y apunta a un fin didáctico. Mientras que en la comedia
los personajes que intervienen son vulgares al igual que el lenguaje
utilizado y su único objetivo es el entretenimiento muchas veces
empapado de crítica social.
El mundo griego
Todas
las manifestaciones de la civilización griega, desde su organización
política hasta las expresiones artísticas están altamente condicionadas
por la religión, ésta era el factor de integración social entre los
hombres. Es una religión politeísta en la que cada uno de los dioses
representa una potencia que se concretaba en una forma de acción o un
tipo de poder, no eran omnipotentes ni habían creado el mundo como
plantean luego las religiones monoteístas. Por el contrario, se
hallaban sujetos al orden natural y apenas podían modificarlo, los
hombres están determinados por la Moira (destino) desde su nacimiento y
nada pueden hacer los dioses al respecto.
El
panteón olímpico era forma de organizar y conceptualizar el universo ,
por esta razón los griegos percibían de una manera ordenada las
manifestaciones del mundo exterior. Gracias a su gran imaginación y a
su racionalismo práctico los griegos individualizaron las fuerzas
divinas en distintas figuras con un aspecto humano ideal como
prototipos de belleza. Sin embargo, les atribuían un comportamiento
humano con las respectivas pasiones, deseos y rencores que ocasionaban
frecuentes peleas y conflictos entre ellos. Sólo su condición de
inmortales separaba de forma irreversible a los dioses de los hombres.
Formaban un conjunto de doce dioses que tenían como morada el monte
Olimpo. Tras vencer a su padre Cronos, el universo se repartió entre
Zeus, Poseidón y Hades. Zeus es el gobernador de los cielos y la
tierra, Poseidón controla los mares y Hades el mundo de los muertos.
Zeus
tiene como esposa a su hermana Hera, pero esto no le impide cometer
diversas infidelidades tanto con otras diosas como con mujeres
mortales. De estas relaciones extramaritales concibe varios hijos entre
los que nos interesa destacar a Apolo y a Dionisos por su importancia
en el surgimiento y consolidación de la tragedia.
Apolo:
hijo de Zeus y de Leto, dios del sol y protector de las artes,
representa la mesura, el justo medio que promueve el respeto de la ley
y el orden y conduce a la armonía. El templo dedicado a este dios en
Delfos constituía un pilar importante en la sociedad griega, ya que los
hombres concurrían a él con el objetivo de consultar al oráculo acerca
de su destino.
Dionisos:
hijo de Zeus y de una mortal, Sémele. El mito del nacimiento de
Dionisos proviene de Tracia, y esto sumado a que el dios representa la
desmesura y el exceso en contraposición a la cosmogonía griega fue
resistido durante mucho tiempo por esta sociedad.
Origen y evolución de la tragedia
El
teatro nace en Grecia, a partir del mito de Dionisos y del culto que se
le rendía al mismo. Según la mitología, Hera se entera del embarazo de
Semele a los seis meses de gestación y a causa de los celos decide
engañarla: se le aparece bajo la apariencia de una nodriza y le pide
que solicite a Zeus que se manifieste en todo su esplendor. Zeus
“amontonador de nubes” lanza un rayo, el cual cae sobre Semele
ocasionándole la muerte, el dios logra salvar al niño injertándoselo en
su muslo donde culmina de gestarse. Una vez nacido Dionisos es
entregado a las Ninfas del bosque quienes lo crían y disfrazan de macho
cabrío para ocultarse de la ira de Hera, allí conoce la uva y crea el
vino. Pasados los años Hera lo descubre y lo mata, Zeus que no puede
revertir lo que otro dios ha dispuesto no logra que su hijo reviva
totalmente pero sí que renazca una vez al año, coincidiendo con el
período de renacimiento de la vid y de la naturaleza en general, por
ello es considerado el dios del vino y de la fertilidad. Su nombre se
entiende como: “el dos veces nacido”.
Para
homenajear al dios se realizaba un culto durante la noche en las
cumbres de las montañas, de carácter orgiástico. La música y el vino
llevaban a los hombres a un desenfreno provocado por el éxtasis místico
de consustanciarse con el dios, fundiéndose con él. En estas
celebraciones los participantes entonaban una danza coral llamada ditirambo, que
Aristóteles menciona como el primer antecedente de la tragedia. El
ditirambo es un himno que relata la historia de Dionisos y tiene
carácter de celebración colectiva. Las bacantes, sacerdotisas de
Dionisos, se disfrazaban de m”macho cabrío” imitando al dios.
En
la evolución de este culto un miembro del coro, Tespis, se separa y
entra en diálogo con el resto. Esto conforma el primer personaje del
drama, rasgo esencial de este género. Otras modificaciones que
introduce, son: cambia la temática de la historia del dios, por el
sufrimiento de los hombres; introduce un prólogo explicativo; quita el
disfraz de cabra a los coreutas, sustituyéndolos por otros; se
introduce la máscara con rasgos humanos.
El aporte apolíneo a la tragedia
Actualmente se considera que el surgimiento de la tragedia no se
desprende exclusivamente del culto a Dionisos, también hay una clara
influencia del culto al dios Apolo. Como ya mencionamos Apolo está
identificado con la mesura y el equilibrio griegos. En su santuario en
Delfos había una inscripción que decía: “Conócete a ti mismo”, premisa
que exige que sus fieles guarden mesura y comiencen por conocerse a sí
mismos, en busca del equilibrio.
Mientras
que en lo dionisíaco domina lo colectivo y la desmesura, en lo apolíneo
domina lo individual y el equilibrio interior debe ser buscado como
verdad. Según Nietzsche el diálogo es la parte apolínea de la tragedia
ya que la palabra aparece como herramienta de comprensión y
comunicación entre los hombres. En cambio el mundo dionisíaco es el
mundo del mito que debe ser sentido mas que racionalizado. Por esto la
tragedia es una mezcla de elementos racionales (relación culpa-
castigo) e irracionales (hybris).
Definición de tragedia según Aristóteles
Aristóteles define a la tragedia en su “arte poética”: “La
tragedia es imitación de una acción, de carácter elevado y completo,
con una cierta extensión en un lenguaje agradable, que recitando cada
una de las partes separadamente y no por modo de narración, mediante la
compasión y el terror, provoca en el espectador a la purificación de
sus pasiones”.
La teoría de las tres unidades
Se
ha discutido mucho la cuestión de si el teatro debe sujetarse o no a
tres unidades: de tiempo, lugar y acción. Es inexacto atribuir a
Aristóteles la formulación de la teoría de las tres unidades ya que no
habla de la unidad de lugar, a la unidad de tiempo se refiere
incidentalmente y solamente se ocupa de la unidad de acción.
Posteriormente serán los dramaturgos del siglo XVII los que plantean la
necesidad de que se cumplan estas tres unidades en el desarrollo del
drama. Sin embargo la tragedia griega suele cumplir con estas unidades
aunque no estén planteadas teóricamente como condición.
La
unidad de lugar consiste en que la acción dramática debe transcurrir en
un único espacio. Esto no era resultado de una norma establecida sino
de una necesidad o exigencia de la representación, debido a la
imperfección de los decorados y a la ausencia de telón, no era posible
representar gran variedad de lugares.
A
la unidad de tiempo Aristóteles se refiere incidentalmente ya que
observa que en la tragedia la fábula no dura más de veinticuatro horas,
pero, como dijimos, no hace de esto una regla imprescindible.
La
unidad de acción significa que la tragedia debe desarrollar un solo
asunto fundamental, no debe haber muchas acciones en la tragedia como
podía haber en una epopeya, ya que en el drama todo camina rápidamente.
La acción debe excitar a la compasión o el terror, no por casos
fortuitos sino por acontecimientos que tengan unidad, lógica,
dependencia unos de otros.
Estructura de la tragedia:
Desde el punto de vista formal la tragedia está integrada por diversas partes que constituyen la estructura externa:
El prólogo,
según Aristóteles es la parte de la tragedia que precede a la entrada
del coro, es una escena preparatoria que expone la temática de la obra,
puede ser un monólogo de un personaje o un diálogo entre varios.
El párodos es
el canto de entrada del coro, su nombre se debe a que así se denominan
los corredores que se sitúan a ambos lados del escenario griego, por
los que ingresa y se retira el coro.
Los episodios,
son las partes en que se desarrolla la acción y están divididos a su
vez en diferentes escenas. Generalmente son cuatro episodios aunque
pueden llegar a cinco, y se van alternando con los cantos del coro
denominados estásimos. Estásimo es una palabra griega que
significa “canto en el lugar”, designa las partes cantadas por el coro
que se ubican alternativamente entre los episodios. En éstos no avanza
la acción, ya que el coro funciona como espectador ideal, reflexionando
acerca de lo que va transcurriendo en el drama. Al último canto del
coro se le llama éxodo porque es cuando éste se retira de la escena por los párodos.
El
prólogo y los episodios son las partes recitadas mientras que los
cantos del coro: párodos, estásimo y éxodo constituyen las partes
líricas de la tragedia.
Desde
el punto de vista del contenido podemos distinguir también diferentes
partes que conforman la estructura interna de la tragedia:
En primer lugar encontramos la exposición de los hechos denominada por Aristóteles como planteo, luego el desarrollo del conflicto, continua con la peripecia, es cuando ocurre algo que provoca que los hechos se vuelvan contrarios y cambie drásticamente la situación. La anagnórisis,
es el reconocimiento de la culpa o del error por parte del héroe
trágico, no siempre hay anagnórisis en la tragedia, para Aristóteles
son más perfectas las que cuentan con ella. Por último se ubica el desenlace, que es la resolución del conflicto, siempre nefasto para el héroe.
Características del héroe trágico
El
héroe trágico debe cumplir con determinadas condiciones: pertenece a la
clase dominante ya que ésta constituye un ejemplo para el resto de la
sociedad. Comete lo que Aristóteles llama el “yerro disculpable”, es un
error comprensible pero no justificable al punto de que permanezca
impune. Para los griegos el exceso o hybris debe ser castigado siempre
a través de la justicia o “diké”.
Otra
característica fundamental del héroe es que debe encontrarse en “el
justo medio”, no puede ser demasiado bueno ni demasiado malo, sino que
debe tener una cuota de ambos; lo suficientemente bueno como para
provocar compasión en el público, y malo para generar asombro y terror.
Además
padece “até” o ceguera trágica, no ve la realidad que está delante de
sus ojos, no es consciente de su error ni de su destino fatal; cuando
llega a ver la realidad se produce la anagnórisis.
Es
tomado en la tragedia en su momento de mayor prestigio, de esta manera
la caída es más fuerte y por lo tanto se reafirma su función didáctica.
Otros conceptos a tener en cuenta
Es importante tener presentes determinados conceptos esenciales en el mundo griego antes de abordar sus creaciones literarias:
Moira:
destino inexorable de los hombres que nadie puede cambiar. Los dioses
están encargados de velar por el mismo. La tragedia presenta la inútil
lucha de un hombre contra una fuerza superior: la moira
Hybris:
pecado de exceso de las pasiones, cometido por los hombres que creen
posible realizar lo prohibido por la moira y escapar a la justicia o
diké.
Diké:
nombre de la justicia, los griegos no aceptan la impunidad cuando se
comete hybris la justicia tiene que recomponer el orden.
Sophrosine:
moderación, mesura, equilibrio. La búsqueda del equilibrio interior que
mantiene el equilibrio social se convirtió en el mayor ideal de la
sociedad griega.
Até: ceguera del héroe trágico que ignora la fatalidad de su destino.
Areté:
conjunto de cualidades que son propias y exclusivos de la nobleza. El
areté masculino implica ser buen guerrero, respetar a la moira y los
dioses, la belleza física y ser buen orador. Mientras que el areté
femenino se vincula a la belleza física y al buen desempeño en las
labores domésticas. Si bien el areté proviene del linaje es necesario
cuidarlo para no perderlo, esto implica ejercitar el propio y respetar
el ajeno.
Sófocles
Nace entre los años 497 y 496 a. C., en un pueblo llamado Colono,
cercano a Atenas. Su padre, rico comerciante de armas, le brindó lo
necesario para su educación. Fue músico y atleta, y en su juventud fue
actor en las representaciones de sus obras, también participó de la
vida pública, cumpliendo funciones de consejero en el gobierno de
Atenas. Es designado general en el 440 a.C. durante la guerra de Samos.
Murió a los noventa años, a fines del 406 a.C.
Sófocles trata en sus obras las tradiciones religiosas de su pueblo, no
en trilogías sino en obras que son independientes entre sí. Aumentó el
número de integrantes del coro de doce a quince, pero a pesar de esto
el coro vio reducida su participación debido a que otorga mas
importancia al diálogo, parte esencial del género dramático, y por esto
la tragedia es menos lírica. Incrementó a su vez el número de actores
de dos a tres para lograr mejores efectos por medio de la oposición de
caracteres, cambió las vestiduras clásicas de los personajes por
vestidos corrientes e introdujo los decorados pintados.
Como
otros dramaturgos, utilizó los mitos de Grecia como motivo de sus
obras, los dioses representaban el papel de fuerzas todopoderosas que
favorecían o castigaban al hombre. Los héroes, más próximos a los
hombres tenían pasiones y cumplían trabajos, disfrutaban premios o
padecían castigos. El espectador encontraba en ellos la realidad de su
propio ser moral. La tragedia de Sófocles demuestra que el destino del
hombre no esta determinado por la lógica humana, sino por la moira.
Este dramaturgo, al igual que Esquilo y Eurípides pertenece a la
corriente del pesimismo griego que se hace muy clara en el siglo V; en
el caso de Sófocles, la idea central que recorre sus dramas es que los
humanos son juguetes del destino.
Sófocles compuso aproximadamente ciento veinte obras dramáticas de las
que se conservan siete tragedias y un drama satírico. Las siete
tragedias conservadas son: Ayante, Electra, Edipo rey, Antígona, Las
traquinias, Filoctetes y Edipo en Colono.